Una vez más la falta de solidaridad y de criterio humano inunda las redes sociales: esta noche a partir de las 20 horas, vecinos de Río Grande promueven una protesta con bocinazos y cacerolazos para pedir al Gobierno provincial la prohibición de vuelos y la renuncia de las ministros de Gobierno, Adriana Chapperón, y de Salud, Judith Di Giglio, «por negligencia y falta de transparencia por los casos positivos» de Covid19.

A esto se suma la belicosidad de quienes «no entendían» por qué llegaba un micro de pasajeros la tarde del sábado, pese a que la información brindada desde un primer momento señalaba que los recién llegados serían trasladados a un hotel para cumplir el aislamiento y, una vez que dé negativo el hisopado, podrán regresar a sus hogares, dado que al momento de restringir la circulación desde y hacia Río Grande, el micro ya se encontraba en camino a la ciudad.   

Dónde están el intendente Martín Pérez, el concejal Raúl Von Der Thusen o el secretario de Gobierno, Gastón Díaz, para hablar con los vecinos y llamarlos a la tranquilidad? Incluso el concejal de la «oposición» del Movimiento Popular Fueguino (MoPoF), Pablo Llancapani (quien responde internamente a Boyadjian) pareció prenderse en el relato oficial afirmando «No a los vuelos a RG». En Ushuaia, si bien Walter Vuoto espera agazapado su momento para dirigir la artillería pesada contra el Gobierno, opta por reunirse con el edil Walter Abregú, funcionario de Gustavo Melella que, desencantado por no haberlo ungido sucesor, se refugió con Rosana Bertone en el Ministerio de Agricultura pese a que su profesión es la medicina y hoy, frente a un problema sanitario, calla y observa dubitativo (o no).   

Pérez hizo mutis por el foro, evitando pronunciarse durante los últimos días sobre el tema. Pero quien sí habló fue Von Der Thusen, que hace tres días pedía «albergues para los fueguinos», hoy pide «a las autoridades que tomen cartas en el asunto». Mientras tanto, las redes sociales arden con los mensajes que promueven enfatizar en una presunta responsabilidad del Ejecutivo provincial que respondió (muy a pesar de vecinos que no están de aceurdo con la medida) pagando un hospedaje para que algunos ciudadanos cumplan con los días de aislamiento tal cual reclamó Von Der Thusen. 

En el mientras tanto, resta saber si hay o no un aval de los representantes de los vecinos de Río Grande. El refrán dice que quien calla, otorga. Y si de algo se caracterizan hoy las autoridades del Municipio riograndense, es de estar bien callados.